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ROTARY CONECTA EL MUNDO- LEMA INTERNATIONAL 2019-2020

miércoles, 30 de octubre de 2019

Silvia Marina Aguirre- Escritora R.C. Liniers - Parque Avellaneda


ETERNA ENAMORADA

SILVIA MARINA AGUIRRE

Te miras en el espejo sin tiempo...
El silencio de tu boca reverbera en el cristal,
descubres en tus ojos la inescrutable mirada que sólo los
versos quietos de tus libros podrán algún día descifrar,
acurrucadas en tus orejas palpitan aún las voces graves,
pasajeras presencias que vibraron en el misterioso laberinto
de tus ansias,
cóncavo refugio del rostro amado, tu cuello languidece al
presagio de la ausencia, tan temida y no deseada,
gaviotas errantes son tus manos y tus brazos, navegantes en
el cielo azul de la esperanza,
surco profundo que horada tempestades son tu cintura
esbelta y las huellas lisonjeras de tu vientre encarcelado,
golondrinas inquietas, inmigrantes de torbellinos y calmas,
ellos tus pies pequeños abrazan el sendero que el destino ya
marcaba.
¿Acaso calla la angustia del olvido, sinuosa y muda, el arpa
intocable de tu desnudez?...
¡Detén tus pasos, Alfonsina, poeta, eterna enamorada!

SILVIA INES ALTERISIO -ESCRITORA- R.CLUB CATEDRAL AL SUR.-D.4895

OTRA NUEVA POSIBILIDAD

SILVIA INÉS ALTERISIO
En 2014 recibí información sobre una convocatoria a docentes

jubilados para que escribieran acerca sus experiencias peda-
gógicas con el fin de efectuar una publicación de los trabajos

seleccionados. La propuesta despertó un enorme interés en mi
madre, la Profesora María Luisa Posse de Alterisio, fallecida
hace tres años, que en aquel momento tenía noventa y un años
y había dejado el trabajo en las aulas hacía más de tres décadas
pero mantenía el interés por la educación y en especial por la
enseñanza de las ciencias a la que había dedicado su largo
desempeño docente. Más allá de que el proyecto no se concretó,
mi asombro y admiración ante su reacción y sus acciones frente
a la posibilidad ofrecida constituyen el pasaje de mi vida que
deseo relatar. Después de leer la lista de condiciones requeridas
para la participación, me manifestó con absoluta convicción
que las actividades de Feria de Ciencias que había llevado a
cabo con alumnas de escuela secundaria serían la temática de
su presentación. Buscó el material conservado en carpetas
cuidadosamente dispuestas en una parte de su biblioteca, lo
leyó, seleccionó algunas partes, las organizó por temas y por
fechas, leyó en Internet documentos recientes sobre enseñanza
de las ciencias y comenzó a escribir borradores. Su entusiasmo
y su dedicación me involucraron en la tarea y decidí ayudarla
en aquello que más le costaba que era utilizar el teclado de la
computadora. Todo el resto fue fruto de su memoria acerca de
los diferentes temas abordados y sus recuerdos de las actitudes
de los grupos de estudiantes que altamente motivadas se
iniciaban en la investigación científica. Comparto párrafos de
su escrito final pues considero que es la mejor manera de
comunicar la vivencia que atravesé.



«Con el objetivo de desarrollar las inquietudes del alumnado acerca
de la investigación y contribuir así al fomento vocacional en el área
científica, se implementó la Feria de Ciencias, como actividad
extracurricular, en respuesta a una iniciativa auspiciada por el
Instituto Nacional para el Estudio de las Ciencias (INEC) dependiente
del Ministerio de Educación de la Nación. En este contexto
institucional actué como docente a cargo de varias presentaciones
escolares, entre ellas investigaciones referidas a peralte de curvas,
fenómenos luminosos, ondas electromagnéticas, resistencia de
materiales a diferentes temperaturas, protección resinosa de naves
espaciales en su regreso a la atmósfera y subsistencia de los astronautas
durante el viaje espacial, y elementos semiconductores de corriente
eléctrica. Los dos últimos trabajos merecieron el pasaje a la Feria
Metropolitana en 1969 y 1970 respectivamente. En 1970, la
investigación sobre semiconductores, titulada «n p», fue presentada
en la instancia nacional en la Ciudad de Córdoba y obtuvo el segundo
premio de todo el país. Desde la asignatura Física, con alumnas del
nivel secundario interesadas en profundizar conocimientos de ciencias
e indagar sobre sus aplicaciones a situaciones de la realidad tanto
cotidiana como mundial, se trabajaba en la escuela fuera del horario
de clases desde el inicio del ciclo lectivo. En la segunda mitad del año
tenía lugar la Feria de Ciencias escolar en la que se presentaban stands
con el producto de las diferentes investigaciones. En cada uno de ellos
las alumnas participantes debían exponer frente al público asistente y
al jurado evaluador sobre los objetivos y el desarrollo del tema elegido,
y presentar una monografía que estuviera a disposición de los
visitantes. Sin calculadora, sin programas para graficar y diseñar,
sin impresora, sin contar con los recursos tecnológicos actuales, se
encararon investigaciones y se obtuvieron resultados que responden
ampliamente a los propósitos y objetivos que los documentos actuales
determinan para la enseñanza de las ciencias en el nivel secundario.
A lo largo de los años, mis alumnas abordaron contenidos sobre materia
y materiales, modelos atómicos, fuerzas, movimiento, energía, electri-



cidad, ondas, campo eléctrico y magnético, carácter dual de la luz. En
consonancia con las actuales «Orientaciones para la planificación de
la enseñanza», en aquellos proyectos se presentaba la Física como
«una actividad humana que provee una manera de ver el mundo» con
un enfoque que prioriza «el desarrollo de estrategias de comprensión
por sobre la ejercitación de destrezas vinculadas con los contenidos
matemáticos». Se daba relevancia al estudio de fenómenos relacionados

con la materia y la energía y a «la comprensión de problemáticas y fe-
nómenos naturales y tecnológicos que afectan a la vida social», se

promovía «un aprendizaje basado en la experimentación con dispo-
sitivos sencillos que permitieran formular hipótesis y contrastar los

resultados esperados y obtenidos». Se coincidía en propósitos como el
logro de habilidades para abstraer, describir con diferentes grados de

precisión, medir, graficar, analizar, comparar, anticipar, evaluar, dise-
ñar, armar dispositivos, utilizar modelos, y para poner en juego el

conocimiento en la exploración de fenómenos, en la resolución de pro-
blemas y en la transferencia a otros contextos y disciplinas. También

se pretendía presentar la asignatura como una contribución al
desempeño de los alumnos como ciudadanos responsables e informados,
capaces de tomar posición frente al desarrollo científico y tecnológico.
El nombre del trabajo premiado en Córdoba que, como en todos
los casos, fue puesto por las alumnas, fue «n p». Esta denominación,
al no proporcionar indicación alguna sobre el contenido de la
investigación, produjo como efecto una gran curiosidad en el público
asistente. La actividad tuvo como eje principal el estudio de elementos
semiconductores que se clasifican en semiconductores de tipo n y de
tipo p. Para iniciar la concreción de la propuesta las alumnas debieron
profundizar sobre los siguientes contenidos disciplinares: la física del
estado sólido, estructura y comportamiento de átomos y moléculas en
los sólidos para determinar sus propiedades físicas, conductibilidad
eléctrica, conductores, semiconductores, aisladores, estructura del
átomo, niveles de energía en electrones orbitales, diferencias en el
comportamiento de los electrones en elementos semiconductores según



sean de extraordinaria pureza (puros) o adicionados con impurezas
(contaminados), comportamiento y clasificación de los semiconductores
según sus portadores sean positivos (tipo p) o negativos (tipo n). Por

todo esto «n p» puede convertirse en un señalamiento a las institu-
ciones de detenerse en «nuestras potencialidades», pensando que

encierran excelentes oportunidades de transformarlas en realidades
concretas de desarrollo personal y social a través de diversas propuestas
educativas.
Por último y como colofón quiero señalar que la mayor satisfacción
que obtuve de la experiencia pedagógica que presento provino de la
alegría del grupo de jóvenes que pudieron dominar con solvencia los

conceptos y manejar el lenguaje científico al dar respuesta a las pre-
guntas de los visitantes y de los jurados, detallando los experimentos

realizados y explicando las conclusiones obtenidas. Periódicos del
momento dieron cuenta del entusiasmo de esas alumnas que en un
stand de una feria de ciencias hacían escuchar radio prendiendo una
luz, y que desde el comienzo se habían mostrado tan interesadas en
investigar sobre algo novedoso para ese momento que se llamaba celda
solar. El compromiso de un grupo de docentes posibilitó la pronta
respuesta, «n p» fue en aquel caso y puede seguir siendo «nunca
postergar». El éxito logrado y la alegría compartida fueron los artífices
de un recuerdo imborrable que esta «nueva posibilidad» me permite
compartir y que merece de mi parte un cálido agradecimiento.»
Mi madre en 2014 puso a su presentación el título «n p» es
hoy «nueva posibilidad». Como docente e hija de una docente
me siento feliz de tener «otra nueva posibilidad» de mostrar la
obra surgida de una verdadera vocación y testimoniar el

contagio de entusiasmo y apertura de horizontes que la avanza-
da edad no pudo frenar y que constantemente desafían a un

mayor compromiso con la educación.

lunes, 28 de octubre de 2019

Jorge Vidales. ESCRITOR R.C. CATEDRAL AL SUR -D.4895

POBRE LUCAS

JORGE «CHOLO» VIDALES

Estaba el Creador sentado a la cabecera de una interminable
mesa de directorio. Presidía la Asamblea Anual de Asuntos
Universales. Escuchó uno a uno sus asesores, mientras Pedro
tomaba nota en el libro de actas. Así fueron informando sus
novedades el Ministro de Asuntos Celestiales, el Subsecretario
de la Vía Láctea, y muchos más hasta que por fin tomó la
palabra el Viceministro de Asuntos Terrenales, quien disculpó
–antes que nada- al Ministro, quien se había ausentado de la
Asamblea por una terrible jaqueca que lo aquejaba desde el
primer día que había ocupado el cargo con que el Creador lo
distinguiera. Una vez disculpado el Ministro, el Viceministro
comenzó su alegato; «nada nuevo» fue la única respuesta del
Creador a cada informe proveniente de aquel planeta.
Los hombres no ponían límite a su instinto de superación,
la economía prevalecía sobre el amor, se habían propuesto elegir
el sexo de sus futuros hijos, se superpoblaban las cárceles y los
manicomio.
—Y hablando de manicomios –dijo–, cumplo en informarle
a Usted que es muy probable que a Lucas o encierren esta
semana.
—¡Pobre Lucas!, tan trabajador, tan responsable, tan buen
hombre.
—¿Recuerda Usted que trabajaba catorce horas diarias y se
encerraba a hacer auditorías los domingos a la tarde? ¡Pobre
Lucas!, almorzaba de corrido y fumaba y fumaba, siempre
tratando de salir de la deuda adquirida con sus semejantes.


¡Pobre Lucas!, llegaba al banco a las tres menos cinco con los
pesos justos para cubrir el «rojo» e impedir una y mil veces el
cierre de su cuenta. Ni tiempo tenía el pobre Lucas para dar
un paseo con la familia o regalarse una tarde de cine; dicen por
ahí que lo último que vio en cine fue «Ya tiene comisario el
pueblo» con Ubaldo Martínez. ¡Pobre Lucas! De tanto
descalabro económico, al pobre le dio un infarto y lo sanaron
con eso que los humanos llaman by-pass. Le subía la presión
al pobre Lucas. Y el colesterol y los triglicéridos. ¡Pobre Lucas!,
tuvo que vender el auto y ahora lleva a su hijo al colegio de la
mano caminando por el barrio, mientras el vecindario comenta
lo mal que le fue. Y le decretaron la quiebra al pobre Lucas, así
que ya no va al negocio, ni corre al banco, ni debe nada porque
salió todo a remate y cumplió con sus acreedores. ¡Pobre Lucas!
Ya ni aparenta, ni finge, ni sufre. Ahora asiste a todas las
reuniones de padres del colegio de su hijo y comentan que
hace una visita diaria a la casa de su madre.
Más de una noche se lo ha visto hablando de fútbol y poesía
con algún amigo en un bar y parece que por las tardes disfruta
sentado en el banco de una plaza viendo jugar a los pibes.
¡Pobre Lucas! Dicen que habla solo y siempre anda silbando
un tango y hasta le lleva –de vez en cuando- unas glicinas
robadas a su mujer. Y con ella sale a pasear y le presta más
atención que nunca; como aquellos primeros días de noviazgo.
¡Pobre Lucas!, dice que está más tranquilo y a los más amigos
les ha asegurado que ahora es feliz.
¡Pobre Lucas! Ya no tiene auto, ni negocio, ni deudas. ¡Pobre
Lucas! Debe estar loco.
—¿Pobre Lucas? —interrumpió el Creador.

EDG. Juan Carlos Rey, Fotografo y Escritor -R.C.Nueva Pompeya D. 4895

CRÓNICA DE VIAJE «LAS 24 HORAS DE LA PUNA»
PASS GOB. D. 4895 JUAN CARLOS REY



Fue mi primer viaje a la provincia de Jujuy, en realidad el
primero al noroeste argentino. Paisajes nunca recorridos, que
con el transcurrir del tiempo se convertirían en una de las
regiones que más continúan atrayéndome, no solo por su
imponente geografía sino también por sus ancestrales
poblaciones.
Siendo las cinco de la madrugada y noche aún, una
camioneta me pasó a buscar por el hotel de San Salvador de
Jujuy para iniciar una nueva travesía hacia lo desconocido. Su
chofer era Coquito, un inquieto coya que con los sucesivos
viajes sería el compañero de muchas aventuras. Partimos con
proa hacia La Quiaca, la puerta norte de la Patria. El ascendente
y serpenteante camino nos llevaba entre cerros cubiertos de
vegetación, la que desaparecería al ingresar en la Quebrada de
Humahuaca dejándolos descubiertos y luciendo su variado
universo de minerales.
Con las primeras luces del día y ya a 2200 metros de altura
llegamos al poblado de Purmamarca. El sol aún no había
asomado por detrás de las montañas, por lo que el Cerro de
los Siete Colores poseía sus tonos desvaídos. Entramos a
desayunar a un improvisado y pequeño bar instalado en la
habitación de una vivienda, donde su propietaria, portadora
de dos apretadas y oscuras trenzas, nos sirvió café con bizcochos
de hojaldre. Al salir, los rayos solares ya bañaban los cerros
haciendo vibrar una espléndida paleta de colores sobre la
diversidad de sus oxidados metales; rojos del hierro, verdes



del cobre, violetas del manganeso, amarillos del azufre.
Recorrimos el pueblo casi desierto aún. Solo algunas personas
lo transitaban de camino a sus actividades cotidianas, sin apuro
y envueltos en ponchos que los protegían del frío. La plaza
central con su centenario algarrobo, la antigua iglesia, la
pequeña municipalidad, la fábrica de charangos, las ventas de
artesanías, las polvorientas calles que ascienden hacia los
cerros... Todo me atraía y fascinaba. Estancadas en sus historias
de varios siglos se mezclaban las comunidades originarias con
las coloniales.
Continuando el viaje ingresamos en Tilcara. Mi cautivación
iba en aumento con el descubrimiento de estos pueblos mágicos.
Recorrimos sus calles siguiendo el ascenso natural del caserío
hacia los marrones cerros del este en busca del paraje Alfarcito.
Desde lo alto se contemplaba una gran cantidad de cardones
emulando la presencia de mudos centinelas de la quebrada.
Luego de una trepada muy fuerte atravesamos el abra conocida
como Garganta del Diablo e ingresamos en una zona, donde
en una imponente exhibición del pasado prehistórico de la tierra
emergían altas paredes de placas de piedra laja color verde. El
camino fue desapareciendo hasta no poder continuar con el
vehículo. El último tramo lo realizamos a pie siguiendo una
huella. Luego de media hora finalmente descendimos hasta la
solitaria escuela. Paredes de adobes desgastados por el tiempo
y la inclemencia climática, techos de rollizos de troncos y paja,
pisos de tierra apisonada, deterioradas carpinterías de madera,
improvisados baños. Mientras conversamos con su maestra,
los niños aprovecharon el inesperado recreo jugando en el
polvoriento patio.
Nuevamente en la ruta, y próximos al pueblo de Huacalera,
cruzamos la línea del Trópico de Capricornio, luego de la foto
de rigor junto al monolito que lo señala, ingresamos hacia el



oeste con destino al paraje Volcán de Yacoraite. El camino se
desarrollaba por el cauce del río, ya que en esa época del año
contaba con poco caudal de agua. La camioneta zigzagueaba
en busca de los sitios con las piedras más pequeñas y los vados
menos profundos. Los saltos dentro de la cabina eran
inevitables. Volcán es el abra entre cerros por la que se derraman
una gran cantidad de piedras entre las cuales se escurren los
cauces de agua con caprichosos y cambiantes recorridos según
lo determinen las distintas crecidas. El edificio, aislado en el
silencio de los cerros, presentaba los clásicos problemas de las
escuelas rancho.
De regreso al camino asfaltado arribamos a la ciudad de
Humahuaca, mítico pueblo epicentro nacional del carnaval.
Continuando con mi asombro conocí sus angostas calles
carentes de veredas, los edificios de una sola planta y sin
ochavas en las esquinas, provistos de largas gárgolas para que
los techos desagüen sin salpicar las paredes de adobes, la
imagen de San Francisco Solano situada en la torre del antiguo
Cabildo que con su aparición marca el mediodía, la iglesia de
la Candelaria, el monumento a los Héroes de la Independencia
precedido de su imponente escalinata, los racimos de niños
que en procura de una moneda cuentan historias del sitio, los
locales de venta de recuerdos, los almacenes. Un apretado
centro con una gran cantidad de personas desplazándose muy
concentradas en sus actividades; trabajadores volviendo de sus
tareas, alumnos dirigiéndose a la escuela, turistas paseando.
Aprovechamos el intervalo para almorzar en un pequeño y
típico restaurante.
La siguiente escala del viaje fue en Tres Cruces, portal de
la Puna. Me sorprendió encontrar hacia el este una atractiva
cadena de cerros formada por plegamientos ondulantes y
tapizados por variados tonos de brillantes verdes y ocres,



conocida como Espinazo del Diablo. Al trasponer el pueblo
debimos parar en el puesto de Gendarmería, nos controlaron
entre los ómnibus estacionados con sus pasajeros
malhumorados abriendo sus equipajes y nos libraron el paso.
Luego atravesaríamos el punto más alto del recorrido con 4200
metros sobre el nivel del mar. Continuando y dejando atrás el
longitudinal poblado de Abra Pampa salimos de la ruta
encaminamos hacia el poniente rumbo a la zona de la Laguna
de Pozuelos. Trepamos las Sierras de Cochinoca y descendimos
pausadamente hacia la planicie del siguiente valle recorriendo
un angosto, sinuoso, polvoriento y descuidado camino de tierra.
Para mitigar los efectos de la altura y del cansancio aprendí a
coquear formando un acullico en mi boca. El día había
transcurrido despejado con un cielo diáfano que se iba
desvaneciendo con la llegada de las últimas luces solares. Sobre
el horizonte de los cerros comenzaba a asomarse una enorme
luna al tiempo que el viento iniciaba su soplido. Transitamos
la amplia llanura bajo esa pura y hermosa luna llena, la que
emitiendo su intensa luminosidad lograba que la camioneta
produjera sombra. Nos detuvimos a observar el atractivo
paisaje nocturno, a lo lejos y hacia el oeste en un suave declive
del terreno resaltaba el plateado reflejo del brillo del agua de
la laguna. Noche, silencio, inmensidad, soledad, frío, perfumes,
luna, emoción... todo compendiado en una experiencia única.
Llegamos a la escuela del paraje Rodeo, el vehículo
estacionó junto al alambrado y comenzamos a llamar al maestro
a viva voz y batiendo las palmas. Nadie respondía. Ingresamos
hasta el edificio y luego de algunos golpes en la puerta apareció
el docente que ya había comenzado su descanso. De cuerpo
delgado y baja estatura, con cabello negro y rígido, un típico
miembro de la comunidad Coya. En un principio asustado y
desconfiado, luego duro y amable. Iluminados por la luz de



un farol a kerosene recorrimos las instalaciones. Creo recordar
que para beber nos convidó algún líquido caliente.
Retomamos el viaje ya emprendiendo el regreso. Para
hacerlo por un mejor camino continuamos hacia el noreste hasta
la ciudad de La Quiaca. Llegamos sobre la media noche. Era el
comienzo de la primavera y la temperatura aún permanecía
muy baja, estábamos a 3400 metros de altura. Apenas cuarenta
horas antes había partido desde Buenos Aires a nivel del mar,
y como en un sueño, me encontraba en el extremo norte del
país, más lejos de lo imaginable, en un sitio que parecía
inalcanzable... en el borde. Tierras que pisaba por primera vez,
las que luego de varios viajes me serían tan familiares que las
recorrería como un vecino más. Los pocos lugares posibles
para comer ya habían cerrado sus puertas por lo que finalizamos
en la terminal de ómnibus. Un edificio de moderna arquitectura
inundado por los típicos aromas del norte, mezclando el dulzor
de la cúrcuma con el penetrante del ajo. Su despareja
iluminación dejaba rincones en penumbra. Tenía la falta de
limpieza de un sitio de paso en zona fronteriza. Mucha gente
la ocupaba, unos deambulando con equipajes y bultos, otros
descansando sentados sobre sus pertenencias. Era una hermosa
estampa de personas envueltas en coloridas ropas y cubiertos
por sus infaltables sombreros, con la piel de sus rostros
apergaminada por el rigor del clima acrecentando sus edades,
con pómulos hinchados y labios teñidos de verde producto de
la coca, con miradas esquivas y lejanas transitando un añorado
pasado o un anhelado futuro, todos en silenciosa espera de la
partida a su destino. Cenamos lo posible, un humeante plato
de carne con papas, la infaltable sopa y de postre té de coca.
Pasada la una de la madrugada reiniciamos el viaje. En el
primer tramo atravesamos la planicie de la Puna y luego hasta
Humahuaca tomamos el camino de cornisa, en ese entonces



de ripio, por lo que en la noche la marcha se hacía muy lenta
entre cerradas curvas, pesadas trepadas y profundos
precipicios. Nos esforzados por vencer el cansancio y el sueño
y confiando en que la vieja y trajinada camioneta continuara
tirando con fuerza. Finalmente, a las cinco y media concluimos
la recorrida arribando nuevamente a la ciudad de San Salvador
de Jujuy.
Este fue el viaje más largo que realicé en una sola salida y
sin detenernos a pernoctar, con un recorrido de más de 800
kilómetros durante veinticuatro horas contínuas. Situación más
que agotadora, no solo para mí sino también para el chofer,
pero con la satisfacción de haber incursionado y conocido
nuevos territorios y personajes.

miércoles, 16 de octubre de 2019

EL ARTE

El arte en general es un medio por el cual se transmiten valores, sentimientos, solidaridad, cada poesia, cada cuento ,cada imagen o puesta en escena, es un mensaje, Estamos seguros de que los que lean este blog  lo sabran apreciar, y que sera de inspiracion, para los que todavia no se animaron a expresarse y a los que les gustaria acercarse a nuestra organizacion.

martes, 15 de octubre de 2019

Olivera Rocio Rotaract Flores, Danzas D. 4895



Ida De Vincenzo. R.C.Flores D. 4895 - Artista visual




YO, CIUDADANA DEL MUNDO 




LOS TRAIDOS 


                                                                     FOTOGRAFIAS


Maria Ines Harrison.R.C.Boedo SanCristobal. Escritora. D.4895


Mercedes Cañellas, R.C. Villa real Versales, Diseño Grafico


Claudio Martin R.C.Ciudad CABA Escritor

Pasional

“Arrojado a quietud divisaré esa playa última de tu ser y te veré por vez primera”
Jorge Luis Borges

Él recostado a su lado aguardaba el momento en que se deslizaría como un cuño, dejando su impresión en su figura.

Ella, blanca y en su hermosura, como los glaciares …. pura, despojada de mancha alguna solo esperando a entregarse entera.

Arrancado él de su letargo levantó vuelo en un puño sometido, y de su cuerpo solo se escuchó un gemido.
Ella dejándose invadir y franqueando sus poros, él, irrumpiendo en su cuerpo, ….. en su vida, se fusionaron y plasmaron su destino.

Él, el crayón más dúctil y suave que la hubiese podido tocar jamás.
Ella, de las más puras y ricas fibras orientales.

Un destello de luz alteraría la calma entre los amantes.
Ambos transformaron su existencia y de la de Jorge.

Claudio Martin
Febrero 2018

Anibal Daniel Cortiñas, R.C.Villa Crespo. D. 4895 Escritor.

LAS PECAS EN EL DORZO DE LA MANO, SON TRAVESURAS DE JUVENTUD
DANIEL CORTIÑAS·
Cuando tenía aproximadamente diez años de edad, visitaba diariamente a mi tío abuelo Antonio (hermano de mi Abuela materna) el que estaba postrado en cama, y me quedaba varias horas a su lado, escuchando sus historias de vida, un día tomándole la mano "observe" pecas en el dorso de la mano, cuando le pregunte porque yo no tenía, con una sonrisa en su boca me conto que cada una de esas pecas era una travesura de su juventud, yo rápidamente volví observar mis manos (no sea que salten las mías) se dio cuenta en el acto y entro a reír, y me explico que salen cuando sos abuelo, (respire) y que cada peca era una travesura, y el tenia un montón en cada mano, y al mirar cada una recordaba la travesura, le pedí que me fuera contando cada una de esas "pecas", así empezó, diariamente con una larga historia me contaba "Una Peca" tres días después de contarme la ultima Peca y Tío Abuelo falleció.
En mi caso en particular hace unos años que me empezaron a salir, y cada vez que aparece una, el recuerdo de una travesura aparece en mi memoria
Científicamente hablando ""Si tienes más de 55 años, entonces hay una buena oportunidad de que el dorso de tus manos se esté manchando o, al menos, estén apareciendo unos puntos oscuros conocidos como manchas de la edad. Éstos son muy comunes y no presentan un peligro, pero pueden ser visibles, haciendo que tus manos se vean más viejas que el resto de tu cuerpo
Sigo creyendo en la teoría de las travesuras · 

Juan Carlos Rey, Pass Gob. RC.Nueva Pompeya, Fotografo




Las fotografía de paisaje siempre , . Sin duda, captura la belleza de nuestro entorno y congela esos parajes que tanto nos encantan  ,  dar visibilidad a una realidad: , algo que tiene que ver con la , indiferencia del entorno,  a cada paso conocemos  a la gente invisible de las ciudades.

Horacio Purriños, R.C. Villa Adelina Musica




Graciela Harrison, Promotora de arte, R.C.Libertador Recoleta. D. 4895


Patricia Serra, Cantante, R.C. CId Campeador, D. 4895


Carlina Dorado -Palermo Soho D.4895


Susana Haydee Agoff, art. plastica. R.C.Palermo soho, D.4895



Maria Teresa Neira Pass Gob. D. 4890 ,Escritora ,Rotary Club Palermo D.4895

GRACIAS
“La gratitud es deuda de honor”.
Las actitudes positivas que nos regalan los demás son las que dan sentido a nuestras vidas. Las cosas materiales que apreciamos y tenemos la suerte de tener, también alegran nuestras vidas y no está mal reconocerlo en tanto esa alegría que nos reportan no supere el aprecio de una bella actitud del prójimo.
Me pregunto: ¿cuántas veces he olvidado decir “gracias, mil gracias” por lo que me das, por lo feliz que me hacés o por la sonrisa que me regalás?
Los actos valiosos de nuestras vidas deben ser un ejercicio perseverante de nuestro proceder y basta con ponerlos en práctica para endulzar nuestra vida y la ajena. Por ello, si de gratitud se trata: amigos, a decir ¡“gracias, mil gracias”!
La gratitud es deuda de honor y no es más que la reacción natural ante lo bueno. Más allá de ello, la gratitud es productiva si se tiene presente que nos enriquece, que enriquece al otro, que nos hace felices, que hace feliz al otro, que son dulces caricias para nuestro corazón y para el corazón del otro y que nos convierte en personas más equitativas.
Cuando pienso lo feliz que me hace tener el privilegio de alegrar la vida del prójimo, debo reconocer que mi felicidad radica en que hubo muchas y tan buenas personas que me antecedieron en esta precioso aprendizaje del agradecimiento. Así es, que recuerdo a mis padres , a mis maestros o los referentes de mi vida.
Estas personas me enseñaron sus propias metas , sus propios sueños , sus propios proyectos, los concretaron, cambiaron mi vida y enaltecieron la mía . Pero esas mismas personas fueron aquellas que luego escucharon mis sueños, empatizaron con mis proyectos, me ayudaron a concretarlos y, de esta manera, me vieron crecer y disfrutaron de mis logros
A todos ellos: “gracias, mil gracias, de corazón”.
También les digo “gracias, mil gracias de corazón” a mis hijos y a mis alumnos que admitieron mis consejos, escucharon mis palabras, perdonaron mis yerros, aplaudieron mis aciertos, compartieron conmigo sus esperanzas, sus sueños, sus proyectos, me aportaron su mirada de la faceta del mundo que viene, me enseñaron cómo toman acción.
Ellos me hicieron dar cuenta que no importa a qué generación pertenecemos, sino que lo importante es que todos tuvimos el mismo norte y, por sobretodo, pudimos entendernos, respetarnos, empatizar y tener como fin la construcción de un mundo mejor.
A los que me antecedieron y a los que me precedieron, les digo: “mi gratitud es mi deuda de honor”.
Entre todos seguiremos construyendo un mundo mejor en el que la equidad sea la vara con la que se mida la dignidad humana.
 Ex Gobernadora Maria Teresa Neira)


EL PERDÓN
En la emblemática frase de Mandela, que dice: “al salir por la puerta hacia mi libertad, supe que, si no dejaba atrás toda la ira, el odio y el resentimiento, seguiría siendo un prisionero” hay mucho por aprender y, aunque nos parezca un poco difícil, debemos poner todo el empeño para concretarlo. El aprendizaje es un acto de constancia y de reflexión para superarse y ser una mejor versión de sí mismo.
Los odios, los enojos, las iras, el resentimiento y, agrego: la envidia, los celos, la rivalidad y los malos deseos son un verdadero flagelo para sí mismo que nos impide ver realidades enriquecedoras.
Nadie puede construir nada positivo con un corazón en el que lleva odios.
El perdón, bien se ha dicho, es un acto de reparación personal o bien un acto de sanación personal. Por eso, poder entender que perdonar no es, necesariamente, “ser amigo de quien me ha ofendido”, sino olvidarse de lo sucedido, superar el momento, quitar trascendencia al hecho, no buscar venganzas y no martirizarse con pensamientos negativos, constituyen la verdadera felicidad que uno necesita amen de olvidarse del acto dañino para poder poner foco en temas que construyen el bienestar.
Bien decía Mandela que el odio nos mantiene prisioneros, dado que el odio es invalidante, obstructivo y regresivo. El odio y la ira sólo nos conducen a sacar lo más negro de nuestra alma olvidando que un ser humano sólo puede ofrecer al otro, únicamente, lo que lleva adentro. Por ello, si sólo lleva odios ofrecerá ese odio y de tal manera, estará vedada su posibilidad de enriquecerse ya que, seguramente, encontrará una respuesta del mismo tenor de lo que ofrece o bien, ninguna.
Asimismo, el odio nos trae tanta ira que nos impide disfrutar de vivencias maravillosas, alegrías impensadas y empatías inesperadas dado que estaríamos haciendo prevalecer nuestra debilidad en lugar de nuestra oportunidad.
Por otra parte, no hay en este mundo persona alguna que pueda soslayar que el acto más bello y más reconfortante de la vida es el amor. El que se priva de él, está privándose de un disfrute íntegro del acontecer. Por ello, nada más atinado que cerrar estas reflexiones con las palabras de Pablo Coelho “la vida es corta, besa despacio, ríe bien alto, ama intensamente y perdona rápido”.
Por mi parte, hago votos para que jamás se me olvide que el odio desluce y el amor embellece.

EGD Maria Teresa Neira )

Luis Martinez Rodriguez RC.Manati, (Pto. Rico) D. 7000 Fotografo


Cristina Canda R.C.CABA Escritora -poeta D.4895

Nubes

Estuve caminando, no sé cuanto, pueden haber sido tres o treinta cuadras, es igual.
Alguien me pregunta la hora y contesto, pero: ¿no saben acaso que mi tiempo no existe? ¿que se detuvo hace más de dos meses?.
Sopla un viento frío. Lo único que consigue es enfriar mi cuerpo, mi alma ya está helada.
Me siento en el banco de una plaza y, con la cabeza hechada hacia atrás, miro el cielo casi todo cubierto de nubes que caminan sin encontrar su destino.
Recuerdo que, de pequeña, me gustaba mirar las nubes y buscar en ellas formas de animales, personajes de cuentos, números o letras....y los hallaba a todos rápidamente.
Hoy no busco eso, ni siquiera busco un hada.
Busco su rostro...pero no está.
Las nubes, hoy, son sólo nubes...sin formas...sin magia.

Cristina Canda

Ari Cho Yong R.C.CIUDAD CABA. ART. Plastico D. 4895


Candida M.Taboada La veleta de Caballito. D.4895-escritor.

Pablo Matrero -R.C.Cinco saltos Rotaract.D.4930, escritor

Pajarraco (24/07/2017)

Si pudiera ser un ave no sería
el cóndor majestuoso y celestial
ni el águila acechante elegiría
con su gran mirada perspicaz.

En mi elección también lo dejo al choique,
por ese afán de esconderse sin parar,
ni gorriones ni paloma elegiría,
por su capacidad de estatuas ensuciar.

Pero pensando un poco en positivo,
Y volviendo a mi tarea de elegir
de entre todas, mi ave favorita
el pingüino es quien me representa a mí.

El pingüino de elegante traje largo
que se jacta de reuniones hidratar
el pingüino de cerámica en los bares
o de porcelana china del bazar…
Shalú!
Pablo Matrero